La suba del piso a $175.000 se estima que impactará
recién en los sueldos de octubre, que en general se estarían cobrando a
principios de noviembre
El Gobierno pretende
llegar antes de las elecciones a los más necesitados con una batería
de medidas de ayuda, pero también a la clase media, por ejemplo, subiendo
el piso del Impuesto a las Ganancias que pagan los trabajadores. Esto implicará
más dinero en el bolsillo.
El mecanismo
consistirá en un decreto que utilizará la delegación legislativa del Congreso
en la reforma que subió el mínimo a $150.000, para que el Poder Ejecutivo suba
ese piso hasta $175.000 durante este año.
Sin embargo, el lado
B de la suba de la deducción especial por segunda vez en el año es que se
vuelve a complicar la carga administrativa de las empresas y
también que se achata la pirámide de los mandos medios, de tal modo
que un jefe en muchos casos cobrará menos de bolsillo que un empleado.
Por otra parte, con
el nuevo tope de remuneración bruta, las empresas tendrán que devolver a sus
empleados las sumas retenidas en exceso desde el mes de enero, cuando ya están
devolviendo en cuotas lo que correspondió a la norma anterior.
"Dado
que los salarios se han visto incrementados por las distintas negociaciones
paritarias o aumentos otorgados por las empresas, se está analizando el
incremento del piso a partir del cual los empleados quedan obligados
a tributar, el que pasaría de ser de $150.000 mensuales a $175.000", comentó Analía Saitta, de KPMG
Argentina.
Esto, en el caso
de un trabajador soltero sin hijos que percibe $175.000 podría implicar un
ahorro de aproximadamente $16.000, y en el caso de un empleado casado con
dos hijos, de $8.500, calculó Saitta.
Los
distintos grupos de beneficiados
La reforma que
impulsó el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, apuntó a
disminuir la carga tributaria de un grupo extenso de trabajadores, dejando a
algunos eximidos totalmente del pago del impuesto y a otros con una retención
menor.
En este sentido, se pueden identificar dos grandes grupos de
empleados beneficiados con estos cambios y un tercer grupo en el que el cálculo
del impuesto no ha sufrido modificaciones, enumeró Saitta:
Grupo 1:
aquellos empleados cuya remuneración bruta no superaba $150.000 mensuales,
los cuales pasaron a no tributar importe alguno.
A fin de aplicar este
beneficio, la ley contempló el incremento de la deducción especial en el mes,
de manera tal que la ganancia neta sujeta a impuesto arrojara resultado cero.
Asimismo, se previó la exención sobre el aguinaldo.
Grupo 2:
aquellos cuya remuneración bruta fuera superior $150.000 pero menor o
igual a $173.000 mensuales, los cuales gozan de una disminución de su carga
fiscal.
En este caso, se
facultó a la AFIP a fijar una deducción especial incrementada, de forma tal de
crear pequeños "escalones" entre aquellos que no tributarán impuesto
por integrar el grupo de trabajadores con haberes brutos menores a $150.000
mensuales y aquellos que continúan abonando el tributo de la misma forma que lo
venían haciendo por superar $173.000 mensuales.
Grupo 3:
aquellos trabajadores que no gozan todavía de este beneficio en el cálculo
mensual ya que perciben remuneraciones superiores a $173.000.
"Pasado algunos
meses de la aplicación práctica de la Ley N° 27.617, cabe mencionar que se ha
producido un cambio de lógica en el cálculo del impuesto", advirtió
Saitta.
"Al
respecto, cabe señalar que para generar los beneficios indicados se ha
producido un cambio en la mecánica de determinación del impuesto, ya que a los
efectos de su aplicación debe establecerse si el trabajador se encuentra en
alguno de los grupos en forma, desvirtuando parcialmente el concepto de
anualidad del Impuesto a las Ganancias", explicó Saitta.
Un
mecanismo que discrimina
"Más
allá de los beneficios para este rango de asalariados, la ley discrimina
en contra del resto de los asalariados que están por encima de ese monto mínimo
de salario bruto, ya que los mismos no tienen ningún beneficio", comentó Marcelo D. Rodríguez, CEO
de MR Consultores.
"Por
consiguiente, al incrementarse ese monto mínimo, dentro de una empresa se
va a dar la paradoja de que un jefe puede tener un ingreso de bolsillo inferior
a un empleado",
alertó Rodríguez.
"Finalmente, los
trabajadores autónomos siguen sin tener beneficio alguno frente al embate
del proceso inflacionario que vive el país", remarcó Rodríguez.
Y Andrés Edelstein,
socio de Edelstein, Mariscal, Torassa & Asoc, también indicó que "se insiste en el esquema implementado
por la Ley 27.617, cuya técnica legislativa es perfectible, aunque obviamente
el único objetivo de aumentar el piso para empleados en relación de dependencia
y jubilados se logra. Se agranda la brecha con quienes quedaron fuera de
este esquema, es decir los trabajadores autónomos, lo cual incrementa la
desigualdad ya existente".
Desde
cuándo se dejará de pagar
"Contrarreloj
se está escribiendo la norma para subir el piso a $175.000, que probablemente
impacte recién en los sueldos de octubre que se pagan a fin de mes o
en los primeros días de noviembre", consideró Fernanda Laiún, del estudio Laiún,
Fernández Sabella & Smudt.
"En
el esquema actual la devolución de los pagos en exceso se hace en cuotas, ahora
bien si el objetivo es entrar al bolsillo debería diseñarse el sistema para que
la devolución sea de una vez",
afirmó Laiún.
Pero la experta
criticó que "así las personas que
trabajan en relación de dependencia y las que cobran jubilaciones y pensiones
pasan a cobrar lo que el Gobierno decide a su gusto, en lugar de disponer de un
sistema transparente, claro y sencillo que permita anticiparse y organizar la
economía familiar".
"Por
más que esto sea una buena noticia, en perspectiva no lo es, porque así como
hoy quieren entrar en el bolsillo para dejar unos pesos, en todos los años en
que las escalas permanecieron sin ajuste, desde 2001 a 2013 y de 2019 a 2020,
el Gobierno se dedicó a sacar pesos de los bolsillos de las personas en
relación de dependencia",
enfatizó Laiún.
A su vez, el contador
José Luis Ceteri aseguró que la medida "complica
administrativamente a las empresas, y sigue siendo un mecanismo injusto, porque
el que se pasa por $1 del mínimo, empieza a pagar. Lo ideal sería aumentar
todas las deducciones personales. Sería más equitativo, aunque se llegue al
mismo monto".
Por la situación
post-electoral, sostuvo el contador Daniel Pérez, "se aumentará el mínimo a $175.000 de remuneración bruta, y habrá
personas que estarán por abajo en el promedio en algún momento del año, lo que
será un beneficio para los trabajadores, pero un conflicto liquidatario,
administrativo y de sistemas para las empresas".
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